El cerebro y las emociones
Las
emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos que nos permiten enfrentarnos a los peligros y
sobrevivir, son acciones y disposiciones que preparan al organismo para emitir
conductas de aproximación o distanciamiento, nos alejan de estímulos peligrosos y
desagradables y nos acercan a estímulos agradables.
Charles Darwin
Emoción
Emoción del vocablo latino emovere- remover, agitar, conmover, excitar. Emoción
y motivo tienen significados similares, ambas pueden despertar, sostener y
dirigir la actividad del organismo.
Las emociones son las responsables de guiar y
controlar nuestra conducta. Moldean la vida cuando tratamos de maximizar alguna
de ellas como la felicidad, o anular otras como el miedo, y en otras ocasiones
controlan plenamente a las personas.
La neurociencia afectiva desarrollada por Richard
Davidson investigador de la Universidad de California, ha demostrado que todas
las emociones, tanto agradables como desagradables, están profundamente
arraigadas en la biología.
Según Darwin, lo más importante en la expresión de
las emociones son los reflejos y los instintos, que son innatos y se heredan de
nuestros antepasados, manifestando una clara continuidad filogenética en la
expresión de las emociones, del mismo modo que existe continuidad en la
evolución biológica. Así, tanto la expresión de las emociones propias, como el
reconocimiento de las de los demás, se realizan de forma principalmente involuntaria
y no aprendida. Los hábitos, producto de asociación de reflejos, que tengan
como función la expresión emocional pueden modificarse e ir desapareciendo.
Estudios antropológicos y experimentales realizados
por Paul Ekman profesor de la Universidad de California en San Francisco
Departamento de psicología y Paul
Eslinger profesor de neurología en la Universidad de Pensilvania, han propuesto
que fundamentalmente existen dos tipos de emociones: Básicas y Complejas o Sociales.
Emociones básicas
Las emociones básicas son innatas
y se presentan en todas las personas y culturas (miedo, alegría, tristeza, ira,
asco, sorpresa).
Emociones Complejas
o Sociales
Las
emociones complejas o sociales son producto de la interacción
social y están ligadas a intereses o bienestar de las sociedades, dependen de
la evaluación consciente, la influencia directa del entorno social y surgen de
la interacción con otros individuos (orgullo, gratitud, culpa, desprecio, etc.)
Desde el punto de vista psicológico conductas como
culpa, vergüenza y orgullo se clasifican dentro de una misma familia de emociones
autoconscientes, fundadas en relaciones sociales que emergen de la preocupación
y la consciencia de la opinión de los otros con respecto a uno mismo y a su
conducta.
La valoración negativa de uno mismo es fundamental
para la culpa y la vergüenza.
La valoración positiva del “yo” conduce o provoca
orgullo.
Componente
emocional y pensamiento racional
El componente emocional es básico en el proceso
del pensamiento racional, lo cual se ha demostrado en pacientes que han sufrido
daño en las áreas frontales del cerebro y se comportan irracionalmente sin
medir las consecuencias de sus actos, lo cual se debe en parte a su incapacidad
para modelar emociones. El elemento emocional es de suma importancia en la
toma de decisiones racionales e interviene en la vida diaria a cada instante.
Las emociones no existirían sin el cerebro, el
cerebro está constituido por diversas estructuras que a su vez trabajan en sincronía
para producir sentimientos y pensamientos, tiene la capacidad de tomar decisiones
y actuar de acuerdo a estas, es responsable de nuestra relación con el entorno. Los humanos nacemos con la capacidad de reaccionar
emocionalmente, las experiencia tempranas determinan como reaccionaremos ante
distintas situaciones. El proceso de desarrollo emocional en el ser humano se
completa en el seno familiar y durante la educación escolar.
Cerebro
emocional
El sistema límbico también conocido como cerebro
emocional está formado por diversas estructuras conocidas como
hipotálamo, amígdala, tálamo, corteza anterior del cíngulo e hipocampo.
Este sistema interviene tanto en los procesos de
memoria y aprendizaje, como en la conducta emocional y la agresión.
Amígdala:
está localizada en la parte media del lóbulo temporal.
Se encarga de evaluar lo que sucede en el mundo exterior y de atribuirle un
significado emocional a los estímulos medioambientales. Se trata de una
estructura en donde se almacena nuestra memoria emocional, las memorias
emocionales que están localizadas en la amígdala ayudar a guiar nuestra
conducta. La amígdala actúa por estimulación del hipotálamo que
se localiza en el extremo superior del tallo cerebral.
Hipotálamo:
está conformado por una sección interna conectada
con el sistema que nos tranquiliza y una externa que está ligada a la excitación
cerebral, puede ayudar a crear emociones básicas como la ira y el terror, además
de estados positivos que van desde el placer moderado hasta el éxtasis, opera a
través del control del sistema nervioso autónomo.
Hipocampo:
es otra estructura que completa a la amígdala,
ayudando a que el cerebro se enfoque en los estímulos sensoriales y en la generación
de emociones ligando estas a la memoria, las imágenes y el aprendizaje. Se encarga
de conectar los recuerdos y las emociones, con el fin de influir a la amígdala
y al hipotálamo, participan en la regulación de emociones positivas y
negativas.
Tálamo: es el principal centro de relación entre la
médula y el cerebro, en él terminan todas las vías sensitivas importantes y con
su mediación se produce la respuesta emocional a las sensaciones, también
interviene en el despertar, la conciencia, la conducta afectiva y la memoria.
Corteza
anterior del cíngulo (CAC): está
localizada cerca de la corteza prefrontal, además de estar involucrada en la solución
de problemas, participa en el autocontrol emocional, solución de conflictos y
reconocimiento de errores, esta estructura hace posible la resolución pacífica de
conflictos, tiene importantes conexiones con la corteza prefrontal y forma
parte del cerebro racional.
Estos centros estructurales del cerebro están localizados en los lóbulos frontales y
evolucionaron durante la última etapa de la historia de nuestra especie, por lo
cual son los últimos en madurar en el desarrollo individual y social. Son estructuras
que se desarrollaron muy pronto en la evolución es por ello que las emociones
son más primitivas que nuestras habilidades cognoscitivas.
Corteza
cerebral
La corteza cerebral es una capa externa del cerebro
que constituye el 80% del total del cerebro humano, se divide en cuatro lóbulos:
Lóbulo
occipital localizado en la parte
posterior y encargado de manejar la información visual.
Lóbulo parietal está involucrado en el procesamiento de la información
sensorial y espacial.
Lóbulo temporal actúa
sobre el lenguaje y la memoria.
Lóbulos
frontales situados en la parte frontal
o anterior, es una de las regiones fundamentales de cerebro humano.
La mayoría de las investigaciones sobre agresión y
violencia se enfocan en las partes anteriores del cerebro que incluyen lóbulos
frontales y temporales. Estudios en los que se ha descubierto la importancia de
la subdivisión de los lóbulos, conocida como áreas prefrontales, pues esta zona
está involucrada con la capacidad de abstracción, la inteligencia, la planeación,
la inhibición de conductas inapropiadas y la regulación de las emociones,
funciones que resultan relevantes para comprender la conducta criminal.
La corteza prefrontal se subdivide en corteza medial, dorsolateral y
orbitofrontal, se ha comprobado que alteraciones en esta última producen
conducta antisocial y violenta.
La corteza prefrontal a su vez está conectada con
cuatro áreas principales corteza
premotora, corteza de asociación posterior, cerebelo y ganglios basales.
Estas cuatro áreas cerebrales están encargadas del control motor y de nuestros movimientos, también la corteza prefrontal está conectada con nuestro cerebro emocional, gracias a estas conexiones los lóbulos prefrontales dirigen y guían nuestros pensamientos y nuestra conducta permitiéndonos lograr objetivos específicos. El daño o disfunción en estas áreas ocasiona alteraciones en el comportamiento y deficiencias en lo relacionado con el control de nuestro cerebro emocional.
Estas cuatro áreas cerebrales están encargadas del control motor y de nuestros movimientos, también la corteza prefrontal está conectada con nuestro cerebro emocional, gracias a estas conexiones los lóbulos prefrontales dirigen y guían nuestros pensamientos y nuestra conducta permitiéndonos lograr objetivos específicos. El daño o disfunción en estas áreas ocasiona alteraciones en el comportamiento y deficiencias en lo relacionado con el control de nuestro cerebro emocional.
- Chóliz, M. (1995): La expresión de las emociones en la obra de Darwin. En F. Tortosa, C
- Ostrosky, Feggy, Mentes asesinas. La violencia en tu cerebro, Quo, México, 2008.
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